Nuestros caballeros, de vuelta a reconquistar su destino, encuentran problemas, Èibhinn ha establecido patrullas de guardias en todos los caminos principales. Nuestros caballeros, decididos ya a cumplir su destino, deciden dar un rodeo, evitando los caminos secundarios.

Se internan en el bosque de Duarloch, para evitar posibles batallas con los que antes les sirvieron.

Mientras caminan, ya anochecida la jornada, con una luna nueva invisible, nuestros héroes divisan una figura extraña. Un hombre de largas barbas y melena, espera sentado en un llano, rodeado de altos árboles. "El Anciano del Bosque, espera a los errantes..." decía el poema que bardos cantaban en las noches de luna nueva por las cantinas: no era una leyenda.

¿Ayudará a nuestros caballeros? Algo pedirá a cambio por su ayuda.