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HISTORIA

Phandalín: Las ánimas desesperadas.

Después de mucho caminar, los caballeros llegaron a Phandalín, tierra de las ánimas desesperadas. Allí, todos los seres que perdieron la esperanza se refugian, a la espera de un final, tristes, ahogados… desesperados.
Pero una persona, abnegada, vive allí, intentando despertar la luz de sus corazones. Su nombre era Fèin-Ìobairt (el abnegado). A veces no ve futuro, pero nunca se rinde… Este ser de luz reconoció a nuestros caballeros y les dio refugio y comida. Guiado por las fantásticas historias sobre nuestros héroes que recorrían Gaol, les pidió ayuda, les pidió que contagiaran su luz, su amor a los habitantes de Phandalín… nuestros caballeros rechazaron su petición, ocultándose en la luz que los consumía.
Antes de entrar en una batalla, hay que creer en el motivo de la lucha, solían decir antaño y comenzaron a observar a Fèin-Ìobairt. Se entregaba, vivía y soñaba, renegó de su vida por los demás y entre los rescoldos, una pequeña brasa se encendió y los caballeros quitaron sus vendas porque “Cuando un caballero de la luz está cansado o solitario, no sueña con mujeres y hombres distantes; busca a quien está a su lado, y comparte su dolor o su necesidad de cariño, con placer y sin culpa.”
Para alcanzar su sueño un Caballero de la luz necesita de una voluntad firme y de una inmensa capacidad de entrega. Aunque tenga un objetivo, el camino para lograrlo no siempre es aquel que se imagina. Ahora su determinación vuelve y la esperanza abre puertas en Phandalín, ahora todos creen que se puede.

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